lunes, 28 de mayo de 2007

Sin desperdicio


Sé que estoy reiterativo. Sé que me repito una y otra vez. Pero en días tan nefastos como los que estamos viviendo, no podemos dejar de decir lo que sentimos. Comparte con quienes quieran asomarse a esta página una entrevista al Dr. Pascualli que refleja perfectamente la idea de libertad que defiendo y que creo ha sido mutilada con la arbitraria decisión ejecutada por chávez y sus funcionarios. Léanla, no hacen falta palabras para explicarla. Las negritas son mías.
Saludos.
Cronopio

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Entrevista Antonio Pasquali, investigador de la comunicación
"Si antes hubo una TV comercial ahora tenemos una ideológica"

El catedrático pasa revista a los aportes de RCTV y mira hacia el futuro (Gil Montaño)

"El régimen está intentando saturar el entorno mediático, ya controla diez de las doce emisoras TV/VHF"

JOSÉ ANTONIO AZOPARDO

EL UNIVERSAL - 28/05/07

Para el doctor en Filosofía Antonio Pasquali, el fin de las transmisiones de RCTV va más allá de lo coyuntural. El experto, que ha sido constante estudioso y riguroso crítico del desempeño de la televisión privada en Venezuela, subraya las consecuencias de la medida gubernamental.

"El cierre de esa planta, querido por el autócrata para quitarse de encima una estorbosa y eficaz competencia, le produce al país un inmenso daño democrático por grave y compulsiva reducción de su capacidad de disentir, mientras le asegura otra gran cámara de resonancia a la voz del amo", afirma Pasquali.

-¿Cuál es el aporte de RCTV?

-Es sumamente difícil de cuantificar o calificar. El canal 2 irrumpió con fuerza comercial inmediatamente después de que Pérez Jiménez inaugurara el canal 5 en noviembre de 1952, y a él debemos una parte sustantiva de todo lo bueno y lo malo que trajo la televisión al país. Personalmente, sigo creyendo que lo negativo priva sobre lo positivo y que la predominante televisión comercial no estuvo a la altura del tremendo y exitoso esfuerzo democrático, educativo y cultural del país entre 1958 y 1998. Llegaron a difundir hasta once mil horas anuales de telefilmes norteamericanos, desfiguraron el mercado publicitario nacional acaparándolo hasta en 85% e impidieron que un servicio radiotelevisivo público mejorado los obligase a mejorar a la vez su programación. Pero dentro de sus límites crearon una tradición, un mercado e indudablemente un know-how.

-Ud. ha criticado muchas veces el desempeño de RCTV y de la televisión en Venezuela. ¿Las faltas de las televisoras justifican la decisión de no permitir que operen?

-Con los principios no se bromea. Recordemos siempre aquella frase atribuida a Voltaire o a Lincoln: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero daría mi vida para que lo puedas seguir diciendo". Hay que defender la libertad incluso de aquellos que estarían menos dispuestos a defender la tuya. No retiro ninguna de las críticas dirigidas a la radiotelevisión comercial del país, pero debo reconocer con lucidez que ese problema ha adquirido con el régimen chavista una dimensión estrictamente política, y que en nombre de algún falso moralismo deberíamos expresar contento por esa suerte de vendetta siciliana que es el cierre de RCTV. No, el chavismo no está rescatando nada y lo está empeorando todo¿ El daño cultural que produjo al país medio siglo de martilleo de las cuñas comerciales es pecatta minutta comparado con el incesante adoctrinamiento ideológico, el odio de clase y la demonización de la oposición que lleva adelante el régimen. Uno se pregunta a veces si el "odio entre sus habitantes", la divulgación de "informaciones falsas" o el "exponer al desprecio u odio público" que los artículos 286, 297-A y 444 del Código Penal -reformado en octubre de 2004 por Carreño, Flores, Maduro, Tascón y Varela condenan con 1 a 6 años de prisión- no debería aplicarse en primerísimo término a sus propios autores, incluso al ciudadano presidente de la República.

-¿A dónde se dirige la estrategia comunicacional del Ejecutivo?

-Es una estrategia puesta negro sobre blanco por los Izarra padre e hijo, y ratificada por los hechos: asegurar al régimen una hegemonía comunicacional. Si antes hubo una de sello comercial, ahora tenemos otra y más pesada de corte ideológico. Esta estrategia comprende, por un lado, una minimización de las voces opositoras, y por el otro una maximización de la voz del amo. El cierre de RCTV coincide con la decisión presidencial de convertir Aló Presidente en programa de hora y media diaria y de incrementar el número, frecuencia y duración de las cadenas, que ya promedian unas 200 al año. Insisto en la coherencia y complementariedad de estas dos caras de una misma moneda.

-¿Por qué?

-El régimen está intentando saturar el entorno mediático, ya controla 10 de las 12 emisoras TV/VHF y avanza con estrategias diferenciadas (bozales publicitarios, multas, amenazas y cierres) hacia un control de contenidos de la gran mayoría de los medios de comunicación del país, dando así cumplimiento al totalitario Art. 208 de la Ley de Telecomunicaciones de 2000.

-¿Quién debe vigilar a los medios? ¿El Estado o la sociedad?

-Según las doctrinas clásicas, de Adam Smith a Horkheimer, hay democracia donde los medios en manos privadas aseguran una honesta pero severa acción de watch dog o perros guardianes de la acción del Estado. Pero esos medios, a su vez, deben estar sometidos al escrutinio permanente de los ciudadanos, pues su rol esencial es un rol vicarial, de portavoces de la colectividad en la cual actúan. Lo que debe quedar claro: allí donde el Estado logra controlar los medios ya no hay democracia.

-¿Qué recuerdos personales guarda de RCTV?

-Variados y contradictorios como en muchos, supongo. Recuerdo con gran nostalgia la poética figura de Amador Bendayán, del que siempre pensé que en otro contexto hubiese llegado a ser un grandísimo actor de estatura internacional. Pero también guardo en memoria aquel crimen de lesa cultura que consistió en retransmitir la pisada de Neil Armstrong sobre la Luna, el 20 de julio de 1969, con una propaganda de Viceroy en la esquina superior izquierda de la pantalla.

-Según Gaceta Oficial, TVes está adscrito al Estado. Depende económicamente del Poder Ejecutivo y el Presidente controla su destino. ¿Puede así cumplir su pretensión de ser una televisora de servicio público?

-No puede, lo de "servicio público" es una farsa más de las tantas del régimen. TVes ha sido diseñada en Miraflores, tiene un consejo directivo de cinco funcionarios de gobierno y dos amigos de la causa, el Presidente puede matarla de un simple pollice verso como los emperadores romanos en el foro, y su dirección ha sido confiada a un ex funcionario de Radio La Habana Cuba. Una televisora de servicio público es una emisora independiente de todos los poderes, que no recibe órdenes de palacio. Debe asegurar el mismo servicio a todos los habitantes de un país (universalidad), ininterrumpido (continuidad), diferenciado por necesidad socio-cultural de la población (versatilidad) y actualizado tecnológicamente (adecuación)... Algo pues imposible de obtener mientras el Presidente sea jefe de facción y rehúse ser Presidente de todos, democrático en una palabra.

Canción de Alicia en el País

Quién sabe Alicia, este país
no estuvo hecho porque sí.
Te vas a ir, vas a salir
pero te quedas,
¿dónde más vas a ir?
Y es que aquí, sabés,
el trabalenguas trabalenguas,
el asesino te asesina
y es mucho para ti.
Se acabó ese juego que te hacía feliz.

No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó.
Ya no hay morsas ni tortugas.
Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie
juegan cricket bajo la luna.
Estamos en la tierra de nadie, pero es mía.
Los inocentes son los culpables, dice su señoría,
el rey de espadas.

No cuentes lo que hay detrás de aquel espejo,
no tendrás poder
ni abogados, ni testigos.
Enciende los candiles que los brujos
piensan en volver
a nublarnos el camino.
Estamos en la tierra de todos, en la mía.
Sobre el pasado y sobre el futuro,
ruinas sobre ruinas,
querida Alicia.

Quién sabe Alicia, este país
no estuvo hecho porque sí.
Te vas a ir, vas a salir
pero te quedas,
¿dónde más vas a ir?
Y es que aquí, sabés,
el trabalenguas trabalenguas,
el asesino te asesina
y es mucho para ti.
Se acabó ese juego que te hacía feliz.
Se acabó.
Se acabó.
Se acabó ese juego que te hacía feliz...

Serú Girán

domingo, 27 de mayo de 2007

Click


Puedes decidir qué quieres que yo vea o no vea, pero no me puedes obligar a mirarte. Cuidado. Hago click. Te apago. Alberto Barrera Tyzska

Debo empezar estas líneas diciendo que no me gusta la programación de RCTV. Siempre me quejé del programa del Sr. Miguel Angel Rodríguez y su manera de llevarlo, de un tiempo a esta parte dejó de gustarme el humor de la Rochela y la única telenovela que vi por ese canal fue Por Estas Calles. Tampoco me gustó Aprieta y Gana, Quien Quiere Ser Millonario terminó por aburrirme, no veía nunca El Observador y Loco Video Loco se me fue haciendo vulgar y poco cómico. En realidad – justo es decirlo – la televisión abierta venezolana me parece toda pésima, de mal gusto y aburrida. Pero ese soy yo. A mi, con hacer clic en el control remoto me basta para no ver aquello y escudarme en alguno que otro canal de cable o en la seguridad de una película alquilada. Lo que importa de todo esto está justamente en ese clic, en el acto voluntario y consciente de hacer el zapping como a uno mejor le parezca. En la potestad de decidir si lo veo o no. Incluso en la potestad de quejarme abiertamente de la programación del canal como dije que lo hacía. Tampoco veo el canal 8. El Sr. Mario Silva me causa el mismo rechazo que el Sr. Rodríguez. A ambos los encuentro soeces, cursis y exagerados. Por eso decidí no verlo ni a uno ni al otro.
A mi me gusta decidir qué hacer con mi vida, en todos los aspectos que ella abarca. Desde el chocolate que me como hasta la profesión que ejerzo. Detesto y desconfío de aquellos que vienen a indicarme el “buen camino“, a enseñarme cómo distinguir lo bueno de lo malo. No creo en los moralismos impuestos, ni en los cánones de ningún tipo. Prefiero equivocarme luego de hacer un análisis propio, que creerme en lo cierto tan sólo por seguir de manera ciega los dictámenes de un tercero. Disfruto cuando tengo la posibilidad de disentir en cualquier materia, siempre reconociendo mis limitaciones. Esa es para mi la esencia detrás del concepto de libertad: poder elegir. El cierre de RCTV y la próxima inauguración de TVES, el cual se pronostica como uno más de los brazos comunicacionales de la revolución bolivariana cuyo objetivo será siempre la ideologización, la homogenización del pensamiento, constituye para mi un atropello sin precedentes en la historia del país, y aún con todos los defectos que el canal de Quinta Crespo tiene para mi, siempre es preferible poder decidir no verlo, que ni siquiera tener esa opción. Lo mismo pienso para el canal del estado, VTV, el cual no veo ni por equivocación. Tan grotesco sería el cierre de la planta del estado como lo es el cierre del canal 2. Estamos caminando firmemente al oscurantismo bolivariano. Estamos dejando en manos de un grupete de personajes fanáticos nuestro albedrío, dando pie de esa manera a la instauración progresiva de un nuevo tipo de fundamentalismo. Pronto en Venezuela las cosas, los hechos, las personas, serán evaluadas bajo la dicotomía revolucionario – contra revolucionario, pudiéndose eliminar todo aquello que no cumpla con la moral que ellos proponen. Cada vez más nos iremos asfixiando bajo el corset del pensamiento único del Tte Cnel Chávez, que se afribuye ahora la posibilidad de dictaminar qué cosas están bien y cuales están mal. Lo peor es que cuando nos demos cuenta, posiblemente no tendremos manera de decirlo ni de actuar para remediarlo.

viernes, 25 de mayo de 2007

Escape


Me quiero ir. Ya es definitivo. He luchado contra todo tipo de ideas y señales que me hacían pensar que irme era lo mejor, pero fracasé. No puedo pensar más que en una cosa, quizá la más importante, para quedarme: mi gente. Mi gente en todo el sentido que el término permite. Mis amigos, mi familia (la que por nacimiento me tocó y la otra, la que adopté y me adoptó), mis colegas, mis compañeros de trabajo, mis profesores.
El resto, todo lo demás, es prescindible en este país. Porque tristemente se ponen en la balanza todas esas cosas y siempre termina pesando más la delincuencia, el atropello, la política deleznable del neo – caudillismo bolivariano, tan repleto de odio, de clichés y de sin sentidos. No hay manera de resolver el dilema que supone decidir entre vivir cerca de los que uno quiere, pero sumergido en el temor, el odio y la incertidumbre o vivir lejos pero en una sociedad con todas sus letras. No se puede. Es uno más de esos malditos dilemas en los que no se puede aplicar lo que los gurús de las estrategias (con sus frases característicamente cursis) llaman ganar – ganar. El emigra siempre pierde. Irse siempre es malo. Lo que ocurre es que a veces es menos malo que quedarse. Lo que transforma todo el asunto en lo contrario, es decir, es el perder – perder.
Yo soy hijo de inmigrantes. Hace 32 años aproximadamente mis padres, viviendo bajo el régimen nefasto de Isabel Perón y su Rasputín argentino, José López Rega, tomaron la decisión de irse del país, atraídos por la bonanza petrolera que en aquel entonces se vivía en Venezuela. Atrás dejaron a su familia y sus costumbres, pero también dejaron temores, incertidumbre y conflictos que pronto cambiaron por una mejor calidad de vida. Hoy es difícil evaluar si su decisión fue correcta. De haberse quedado, hubiesen vivido la sangrienta dictadura militar de Jorge Videla, la guerra de las Malvinas, las fuertes recesiones económicas y la debacle financiera consecuencia de las estrategias menemistas. Nunca pensé que yo también debería evaluar la posibilidad de levar anclas. Sé muy bien lo que significa vivir lejos. Aprendí a querer a gente con la que nunca viví. Aprendí a vivir con la idea de que los abuelos y los primos estaban siempre lejos. Aprendí a compartir culturas, a no ser nunca enteramente venezolano ni completamente argentino. Viví en la mitad y hoy, posiblemente, deba partir una de esas mitades en dos.
Debo irme y entender que quizá lo mejor es no ser nunca de ningún sitio. Intentar anestesiar la memoria, domar la nostalgia que se empieza a sentir apenas se comprende que la huída es posiblemente el menor de los males. Entender que quizá sea éste un sacrificio que se hace en nombre de los que todavía no llegan.

lunes, 7 de mayo de 2007