El lujo de ser incómodo
El Nacional de hoy lunes publica una entrevista bastante interesante a Jorge Lanata, célebre periodista argentino que tiene entre sus méritos el haber fundado Pagina/12, posiblemente uno de los periódicos que mayor impacto ha tenido en las maneras de hacer prensa. Confieso conocer sólo por menciones la labor del gordo Lanata, pero a juzgar por las respuestas inteligentes que le devuelve al periodista de El Nacioanl, el tipo es realmente lo que me han vendido que es: un conocedor del oficio del periodismo, como los que tristemente no se hallan más en estas tierras. Todo esto viene en razón de mi sensación de vacío cuando busco, sobretodo en TV, algún comunicador social medianamente informado o leído que sepa ponerse a la altura de la situación que atraviesa el país y que deje, por una vez, de hacer preguntas pelotudas y efectistas en busca de mayor rating. No sé si coinciden conmigo, pero no puede ser que Carla Angola sea hoy una de las comunicadoras de mayor prestigio. ¿En razón de qué? Cierto que la niña es esmerada y bonita, pero es mi impresión que le hace falta, como diría Manuel Caballero, lecturas trasegadas y no caletres de antier noche (los cuales, por cierto, tampoco creo que sean tan frecuentes). Así, siento, ocurre con casi todos los periodistas o comunicadores sociales. Se rescatan un puñado de pensadores de la prensa nacional a quienes se puede leer con placer semanalmente, pero mucho de ellos no son comunicadores de oficio, sino más bien intelectuales con todas sus letras que, gracias a Dios, colaboran con la prensa para hacer públicos sus análisis y pensamientos. Allí están Simón Alberto Consalvi, Elías Pino Iturrieta, Tulio Hernández, Colette Capriles, Emeterio Gómez, Manuel Caballero, Ibsen Martínez, Rafael Arráiz Lucca y Teodoro Petkoff, para mencionar aquellos que tengo en el “top of mind”. De TV no menciono a nadie porque simplemente, no hay (el ciudadano y su triste corro no se pueden tomar en serio).
En definitiva, qué bueno sería que aunque fuese sólo por casualidad surgiera por ahí algún periodista, que cómo Lanata, se pueda dar el lujo de incomodar al poder desde las trincheras del conocimiento, la información y la inteligencia.
9 comentarios:
Es que la visión que tiene el periodista venezolano contemporáneo (y su audiencia) de su profesión es que es él es (y esto me lo dijo una periodista) un "chismoso profesional".
Cuando me lo dijo lo tomé como broma, pero con el tiempo de verdad creo que es en serio.
Un abrazo, Cronopio.
PS. Me compré 'Las Celestiales', aunque por ahora, siguen durmiendo en la maleta sin deshacer.
Panita Willian Z,
¡Qué trizteza eso que cuentas! Así parece ser. Lo peor es que la culpa la tienen que tener las casas de estudio que egresan a estos personajes. Así, sin crítica inteligente, las cosas son siempre más fáciles para los tiranos.
Me alegra saber que compraste "Las Celestiales". Son ciertamente un disfrute y se las puede leer una y otra vez sin dejar de reír. Gracias por la visita y las lectura. Un fuerte abrazo.
C.
S.C.A
Hola Cronopio, creo que todo esto de los periodistas del espectáculo se puede resumir en lo que nos brindan estas tres letras: superficialidad, cursilería y arrogancia: también se le puede pensar en la contrapartida, el "publico" (este es un pais que no tiene ciudadanos sino público o audiencia). ¿frivolidad? No creo, la frivolidad es algo más elaborado. El país se ha transformado en un espectáculo y quién mejor para narrarlo.
Saludos
Suscribo todo lo que dices mi estimado Israel. Me encantó aquello de que el país es un show y la gente la audiencia. Quizá sea así: tenemos el periodismo que merecemos o que hemos engendrado. Somos definitivamente un país cursi y arrogante. ¡Qué terrible combinación! Menos mal que existen, como me dijo un amigo, las guarimbas psicológicas.
Un gran abrazo y gracias por la visita
Pana, qué cierto lo que dices. Hace un par de meses leí una crónica de Lanata en Gatopardo sobre su recorrido por la ruta del Ché. Habiendo leído algunas otras cosas de él y visto su película sobre la deuda argentina, confieso que el artículo me dejó descolocado. Tenía muchísimo tiempo que no leía un reportaje tan imparcial y tan bien escrito.
saludos.
Pratter, yo tengo un libro de él sobre historia Argentina que confieso no haber leído, pero que tengo prudentemente alineado en mi fila de "cuentas por pagar" literaria.
Ojalá empiecen a surgir tipos similares en el periodismo local, aunque sólo sea por el placer de leerlos.
Un gran abrazo y gracias por la visita.
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